Wendy

Puede ser que parezca extraña mi relación con Wendy Phillips. Creo que lo es. Pero sinceramente ella es una de las personas que hacen mi mundo más feliz y más luminoso.

 Wendy fue mi maestra, mi jefa, mi mentora también... Gracias a ella aprendí muchas cosas, sobre India ante todo, pero también sobre literatura, sobre trabajo, sobre las historias, sobre el mundo. Wendy me fue guiando por muchos caminos desconocidos para mi y me tuvo buena fe, de tal modo que fue confiándome muchas cosas en el trabajo y creo que en algún momento me dejo entrar en su vida.

 Una de las cosas más importante es que su clase significo mucho para mi en muchos sentidos, me ayudo muchísimo... A la clase de Wendy me aferré durante ese quinto semestre en que mi mundo andaba de cabeza. A la clase de Wendy me fui aferrando cuando todas mis otras materias me eran insufribles, a su clase me aferraba como a un clavo ardiendo cuando extrañaba las clases de Aurelio.

 Y sentí sinceramente que Wendy había hecho “clic” en mi vida, por eso me aventuré a pedirle hacer el servicio social con ella, de pronto no me imaginaba buscando trabajar con nadie más.... Sentía que había algo parecido entre Wendy y yo, aún lo pienso y no estoy segura que es lo que me lleva a seguirlo afirmando.

 Wendy confió en mi para muchas cosas, para trabajos, para eventos, fui su representante en más de una conferencia a la que ella no pudo asistir. En algún momento fue algo así como su asistente. Pesé a que mi carta de servicio social aseguraba que había cumplido mis horas en unos ocho meses, la verdad es que trabaje con Wendy por más de año y medio. Muchas veces me imaginé que llegaría a ser la adjunta de Wendy, me ilusionaba, y por momentos me pareció que así sería... aunque las circunstancias alrededor no me permitieron pedirlo como tal...

 Pero lo mejor de mi relación con ella eran esos detalles que no tenían que ver tan directamente con las clases y el trabajo. Por ejemplo, ella fue la primera persona en el mundo en llamarme Nash y, aunque no puedo recordar lo que sentí la primera vez que me llamó así, ahora me parece la cosa más natural del mundo, me hace sonreír.

 Wendy estuvo ahí el día de mi primera ponencia, apareció con sus sonrisas y me iluminó la tarde, fue que ella estuviera ahí lo que me dio ánimos.

 Wendy estuvo en mi examen profesional, aunque debía estar en un congreso en otro lado, pero estuvo ahí conmigo en el momento profesional más importante de mi vida, me abrazó, me apoyó, creyó en mi, me dio un regalo... Fue mi estrella de la suerte.
 

 

Wendy fue una de las primeras personas en tener mi libro, en leerlo.... Estuvo dispuesta a presentarlo conmigo. Y sus palabras fueron preciosas, me regaló algunas de las más bellas palabras de mi vida. Su fe en mi ese día, su amor a mis propias palabras fue uno de los regalos más grandes que alguien ha podido darme.

 

Y siempre he asegurado y aseguraré que mi persona favorita en el mundo es Aurelio, es mi mentor, mi maestro, mi jefe, mi segundo padre incluso... pero Wendy es también mi mentora, mi ejemplo, es casi mi amiga (y es una afirmación fuerte porque es mi maestra), es un pilar fundamental de mi vida. Me ha dado fuera y fe en mi misma, me ha hecho sonreír... Y aunque no ser su adjunta oficial me partió el corazón fue ese espacio lo que me permitió ser la adjunta de Aurelio, ella me encaminó sin saberlo a mi dharma.

Directamente de mi tesis, escribí para Wendy: "Con cariño y profundo agradecimiento a Wendy Phillips, por ser un apoyo en mi avance al futuro, por las miles de enseñanzas y oportunidades que me brindó, por confiar, por las sonrisas, por la escritura, por la India, por los cuentos, por la poesía, por lo desconocido, porque es la clase de persona que yo quisiera ser, porque la admiro y aprecio y siempre será así. Gracias profesora querida."
 
Wendy es mi estrella de la suerte, es una luz en medio de todo, es una burbuja de dulzura y de cuentos... es mi hada madrina. Y la quiero.
 

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