Reencuentro y disertación
A veces
pasa que nos reencontramos con personas que fueron parte de nuestra vida en
momentos muy lejanos, cortesía de la tecnología y el internet ahora pasa más
seguido, se esta a escribir un nombre del reencuentro con las personas que hace
años no veíamos o no sabíamos de ellas.
Ahora pues,
reencontrarse tiene muchísimas cosas buenas, los recuerdos, los buenos tiempo,
las historias ajenas... pero creo que también te proporciona cierta perspectiva
y eso es al mismo tiempo bueno y malo.
Volver a
encontrarse con las personas que conociste cuando tenías 13 años por ejemplo,
con las personas que estuvieron contigo en la secundaria, las que fueron tus
amigas, las personas que no te soportaban y que no soportaste, las personas que
de algún modo fueron parte de tu vida. Y el ver el antes y el después de todas
esas personas es traumante, confuso, y te da perspectiva.
No lo digo
por mi amigo que se hizo gay, con todas las broncas existenciales que tenía a
los 14 era más probable que pasará a que no; lo digo más bien por las cosas que
hicieron con sus vidas, con las decisiones que tomaron y que ahora, unos nueve
años después, te cuentan con la calma del mundo, como si fuera lo más normal.
En
perspectiva... ¿Qué nos diferenciaba realmente para que nuestros futuros fueran
tan diferentes? ¿Qué es lo que separaba tanto nuestros sueños, deseos y
expectativas? ¿Qué es lo que nos condujo a caminos así a cada uno?
Reencontrarme
con conocidos que te cuentan sus trabajos, sus vidas, sus mudanza y sus “como
dejaron la escuela” son cosas que se pueden superar, que se pueden entender tal
vez, pero que te hacen preguntarte cosas... Pero el reencuentro con las
personas que por un momento fueron tus amigas, que dejaste de ver por mucho
tiempo y que de pronto te cuentan sus vidas es una bomba.
¿qué se le
dice a la chica que te cuenta que es ama de casa y esta casada? ¿Debería a caso
felicitarla cuando en este momento de la vida yo esperaría algo totalmente
diferente? Y no digo que querer ser
madre, por ejemplo, este mal, el problema es que no suceda por elección propia,
sino por accidente y eso trunqué el rumbo que pueda llevar tu vida...
Hay
reencuentros que no me hacen sentir feliz. Tenemos 23... es pronto para
estarnos deteniendo ahí. Al menos yo no quiero.
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