Palabras

 
Esta entrada va porque me he descubierto como una especialista en decir las cosas en momentos muy poco oportunos, porque siempre he creído que es mejor decir las cosas, sobre todo si son cosas que nos queman por dentro, aunque claro, yo siempre espero demasiado para decirlas... Aún creo que las palabras son liberadoras, pero también tienen otras contrariedades.
 
El problema con las palabras es que hablamos mucho y no siempre entendemos lo que queremos decir, el problema es saber ser oportunos y reconocer el momento adecuado para decir lo que queremos decir, porque existe la creencia equivocada de que las palabras nos dan respuestas cuando las palabras, en realidad, nos llenan de preguntas.
 
Yo me pregunto a menudo si esa libertad que me da a veces decir cosas no le quita libertad a otros, no les da preguntas que no necesitaban, pero también me sorprendo a mi misma con que unas veces dichas las cosas vienen otras preocupaciones, otras preguntas, tal vez miedos... Ese es el asunto con las palabras, no sabemos si nos darán libertad, o lo contrario, si nos quitaran para siempre esos nudos en la garganta o sólo los suavizaran para agregar luego otros... Como dije, tiene que ver con ser oportunos, yo normalmente no lo soy con las palabras que les confieso a otros, a veces tampoco con las que me confieso a mi misma...
 
Aunque con las palabras nunca se sabe, porque el problema también es reconocer que las palabras tienen alas, pero no siempre vuelan hacia donde nos gustaría.

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