2019 o el año que cambio todo

No suelo hacer resúmenes de año, pero 2019 fue un año de locura y me pareció justo escribir sobre él, como un resumen, un recordatorio, un cierre.

2019 fue un año duro y difícil. Fue un año de muchísimas emociones y momentos nuevos. 2019 fue un año que estuvo muy cerca de vencerme. Pero también fue más. 2019 me puso a prueba, física, emocional e intelectualmente. Y aunque estuvo lleno de cosas que me dolieron, aprendí muchísimo.

1.
Este año, en diferentes momentos, perdí amigas a las que quise mucho, amigas que habían significado mucho para mi, que en algún momento lo fueron todo y me hicieron creer en la amistad. Este año perdí a mis primeras amigas de pole y, de cierto modo, también perdí a Gisela. Que duro. 
Y las perdidas vinieron acompañadas de palabras y actitudes duras, dolorosas e injustas. Y durante un tiempo anduve perdida, llorando mares y cuestionándome todo.
Pero perder esas amigas me enseño cosas, muchísimas, y me hizo entender la lealtad, a quienes se la debo, que significa y que tan fuerte era. Aprendí a hacer un nuevo equipo, a confiar de nuevo, a querer de nuevo. 
Y le fui leal a quien mi corazón supo que era leal a mi, a quien realmente quería y necesitaba. 



2.
Este año re-descubrí la mortalidad humana y fue terriblemente duro. Me choque con muertes que me resultaron sorprendentes, inexplicables... Aunque no fueran cercanas.
Al mismo tiempo personas importantes a mi alrededor estuvieron enfermas o en situaciones vulnerables y tuve miedo, muchísimo miedo, empece a temer la muerte, la ajena mucho más que la propia. Me descubrí con ataques de pánico. 
Y las entradas y salidas de Aurelio al hospital hicieron todo más duro. Siempre tuve miedo por él.
Fue duro. Me atragante de llanto y miedo hasta que explotaron, hasta que encontré un poco con quien hablar. Fue duro.

3.
Este año nos mudamos de oficina. Fue el momento de la jubilación de Aurelio y tuvimos que enfrentarnos a un cambio muy fuerte en el trabajo, cambiamos de vida y espacio. 
Tuvimos que depurar la oficina, revisar y tirar, juzgar objetos y recuerdos. Tuvimos que revisar y elegir. Y terminamos empacando en cajas momentos y recuerdos. 
Si físicamente fue duro, emocionalmente lo fue más. Sidney y yo nos encontramos al borde de las lagrimas más de una vez ante la oficina casi vacía. Pero encontramos un nuevo espacio, con ventajas y desventajas. Con la lejanía de la sala de becarios donde ya para nada me sentía cómoda, con la cercanía al estacionamiento que era conveniente para Aurelio.
Y enfrentarnos a esto en equipo, a elegir, empacar, recordar, cargar y sentir, nos hizo cercanos, nos dio confianza. Nos hizo un mejor equipo.



4.
Este año tuve que ser mejor maestra. Tuve que dar más clases, tuve que prepararlas más rápido, tuve que enfrentarme a los vacíos que dejaba Aurelio cuando no podía estar ahí. Tuve que preocuparme por sus alumnos y sentirlos míos por primera vez.
En julio cumplí una generación, alumnos a los que di clases por primera vez en primer semestre y despedí en cuarto. Fue emocionante. 
Y en agosto me volví asistente presente en todas las clases. Y en agosto conocí a Diana. Y por primera vez alguien me dijo que quería ser como yo, nunca antes había sido un ejemplo... Que terror y emoción a la vez. Que responsabilidad y que orgullo.

5. 
Este año me comprometí con la causa. Con los saharauis. Con Ahmed. 
Trabaje duro en la FICA. Conocí a gente nueva, a la que aprendí a querer mucho. Intente mi propio proyecto, y aprendí lo difícil que es trabajar en equipo a veces, aprendí a organizar, a defender, a intentar... y a perder. Algunas amistades no pudieron desligarse del trabajo. Y a quien creí que era amiga la perdí, duro. 
Pero fue por Ahmed. Y por ayudar. 



6.
Este año entre al mundo del teatro. Al menos por un momento.
Fui asistente de director y escritor por un rato. Estuve en un ensayo, vi bocetos, escuche ideas... Estuve detrás de escena trabajando, ya no fui público nada más, ya no fui sólo mano de obra. Por un momento fui parte. Y fue mágico. 

7. 
Este año volví a Polonia. Y volví a España.
Este año fue el viaje de mi vida. Fui lejos, tuve miedo, vi cosas, aprendí más. 
Vi el amanecer junto al mar Baltico. Me sobrecogió la belleza y la luz de la  Sagrada Familia. Me llene de sol, de aire, de agua... Me reencontre con Cristóbal, uno de los mejores amigos de mi vida. Y recorrimos los caminos.
Me enfrente a la soledad, a mi miedo, a la compañía. A las diferencias. Y aprendí como nunca, sobre el mundo, sobre la distancia, sobre las diferencias, sobre la lejanía, sobre extrañar... sobre mí. Aprendí tanto.



8. 
Este año tuve que ser una mejor poledancer, soltandome de las manos que creí que me habían ayudado y descubriendo otras. Y aprendí que quien me sostenía era yo. Y que mi fuerza era la que me debía sacar adelante, ayudar a girar y a ser... Y que si podía hacerlo debía celebrar mi propio triunfo y no esconderlo para no incomodar a otras.
No más achicarse para consolarlos.

9.
Este año cumplí 30.


Este año el estrés estuvo a punto de vencerme. Tuve miedo. Llore, después de contener el llanto mucho tiempo. Anduve perdida. Y luego me encontré. Me sentí infinitamente sola. Me sentí vencida. Dudé ( de mi, de mi carrera, de lo que quería ser). Me caí. Me levanté. Volví a empezar. Fui. Vine. Corrí. Soñé...  Perdoné
Este año fue muy duro y quise esconderme y no seguir. Pero aprendí muchísimo. 
Fui más fuerte y más valiente, aunque sea porque no me quedo de otra.
Y amé infinitamente. Aprendí a volver a querer y a confiar.



Y tuve la mejor compañía del mundo. Con todos los que me acompañaron, con la libertad de los que se fueron. Con los que siempre estuvieron. Con  los que llegaron... Con  los que no había visto, pero me habían visto. 
Y fui feliz... Porque todas mis compañeras de pole decidieron apoyarme. Porque mi compañera de aventuras me acompaño a los sitios más inverosímiles, bendita Majo. Porque encontré cariño, respaldo y confianza indescriptible, no sé que hubiera hecho este año sin Joanna. Porque mi grupo teatral favorito me dejo ser parte, aunque sea un poquito, gracias Trouppe. Porque tuve que ser mejor  maestre y ejemplo, porque este año llego Diana a mi vida. Porque vi el amanecer en el mar y me limpie de mucho. 

Porque volé muy lejos, porque estuve muy cerca también y me llene de mucha luz. Porque puedo brillar otra vez. Porque ya nadie me arranca las plumas. Porque tengo alas.


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