Memoria, corazón

Me resulta extraño a veces como se reactiva la memoria, corazón. Fue una palabra, sólo eso, y volviste a mi mente, instantáneo, presente, permanente... Y miraste y hablaste y reactivaste todos mis recuerdos, aunque no estabas. Con una sola palabra.

Y se reactivan emociones con las que a veces todavía estoy luchando, que me resultaron difíciles un día, que las deje innombrables para ignorarlas, que me llenaron por dentro, que con ayuda reconocí, que entendí después con nostalgia, de las que quiero a veces volver a huir... Emociones que vienen siempre con tu memoria, corazón. 

Se reactivó la memoria y me sentí incomoda por el cómo, o por el quién, por cómo llegabas tú de vuelta en dónde no quería que estuvieras, o no esperaba. Aunque tendría que reconocer que he aprendido a encontrarte en todo, a buscarte en todo, a recordar de otro modo. 

Pero fue la palabra... y no supe que hacer con ella. A lo mejor porque era tu palabra, la que siempre me hizo pensar en ti, la que me di permiso de nombrar cuando me prohibía otras, la que ahora vive atada a tu memoria, corazón. Y que reactivó todo.

Una palabra, corazón... y te extrañé. Porque estaba la memoria, la palabra, pero no tú. 

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