El otro 15 de mayo

Feliz cumpleaños número 82 abuelita.
 
 Este ha sido el primer año desde ese octubre en que mi hermana no declara huelga ese día, ha sido el primer año que me siento capaz de celebrar algo y de regalarle algo a alguien más, sólo porque era importante (era para Aurelio)
 
 Me hubiera gustado llevarte flores, me hubiera gustado llamarte por teléfono, me hubiera gustado llenarme con tu voz y con tu risa, me hubiera gustado decirte que te quiero, que eres la persona más especial del mundo. Pero no podía. El número que me correspondía pasarla contigo y felicitarte era 19, no 23... Y te extraño.
 
 Pienso en lo mucho que te hubiera gustado estar aquí para ver lo que hicimos, para conocer y entender lo que el destino nos deparaba, para querernos con todo y las locuras que nos caracterizan. Te hubiera gustado cumplir 82 y que te los celebrará, que te llamará, que recordará que es uno de los días más importantes del año.
 
 Tal vez que tu cumpleaños sea el 15 de mayo, el día del maestro, es tremendamente afortunado y simbólico porque fuiste también una maestra para nosotros, para toda la familia, porque aprendimos mucho de la vida contigo. Así que es digno celebrar a mi otra maestra, a la abuelita más bella y culta del mundo. Celebrar el otro 15 de mayo.
 Pienso que te hubiera gustado mucho estar aquí... Pienso que te hubiera encantado celebrar este cumpleaños con todos. Pero también pienso, y con más fuerza, que estas aquí siempre, de un modo tan intenso que sigue manteniéndonos en pie.
 
 Pienso que te hubiera gustado verme acabar la carrera, pienso que te hubiera gustado mi examen profesional muchísimo y Aurelio, sé que te habría agradado Aurelio, se que hubieras estado orgullosa de mi presentación de baile y de mi libro, habrías adorado mi libro y hubieras estado en las presentaciones. Estoy segura.
 
 Feliz cumpleaños abue. Te extraño, eso es un hecho, nunca dejaré de hacerlo, pero te quiero aún más y estoy segura de que querrías que te fuera honesta en tu cumpleaños sobre todo, así que: Te quiero, estoy orgullosa de la persona que hiciste de mi, siento tristeza pero ya no dolor desgarrador, te extraño pero sé que tu ausencia me hace tan fuerte como tu presencia. No tengo culpa porque te amé con cada célula de mi cuerpo más de lo que cualquiera te pudo amar. He dejado de llorar, aunque a veces aún se me escapa alguna lagrima, pero también sonrisas. Muchas sonrisas.
 
 Feliz cumpleaños... porque si puedo vivir sin ti ahora es porque tu me enseñaste a vivir.
 Te quiero.
 
P.d. Directamente de mi tesis, la dedicatoria más importante: “A mi abuelita, porque donde quiera que este sé que siempre esta conmigo.”

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