Baile y sacrificios
Cuando queremos algo, tenemos que sacrificar algo... ahora lo entiendo.
Primera reflexión real de este año. He deseado tanto y durante tanto tiempo volver a bailar que, ahora que se me presenta la oportunidad, me resulta casi brutal no tomarla y dejar todo del lado por ella. Me resulta complicado y doloroso no poder hacerlo. Pero el sacrificio era alto.
¿Sacrificio?... Tal vez me di cuenta de inmediato, mirando los horarios de las clases, o tal vez fue hasta que estuve saliendo e iba camino a casa con Arami, o incluso tal vez fue hasta el momento que se lo explique a mi mamá... Había que sacrificar algo. Y la realidad es que siempre estuve dispuesta a hacerlo, pero... las preguntas en mi cabeza me llenaron de golpe. Demasiadas.
¿Y si tengo un evento con Aurelio y debo faltar a la clase?, ¿Y si tengo mucho trabajo y eso me desconcentra de bailar?, ¿Y si tengo un mal día, un bajón de energía, y la enfermedad no me deja bailar?, ¿Si el Seminario no me deja ir cada lunes a bailar?, ¿Y si eso hace que me atrase mucho y parece que no me esfuerzo suficiente?... el baile saldría perjudicado seriamente.
Pero también hubo otras preguntas, sobre todo alentadas en mi casa, ¿y si ya nunca estoy en mi casa por esos horarios tan complicados que tendré?, ¿y si altero todas mis actividades por eso?, ¿y si eso hace que tenga aún menos vida social?... y me sorprendí preguntándome ¿Y qué pasará cuando quiera hacer la maestría? y más aún ¿qué pasa si estoy cansada para escribir?
Entonces supe que es verdad que debía sacrificar algo. De eso se trata todo, cuando quieres algo muchas veces tienes que sacrificar algo, porque no siempre se puede tener todo, porque es lo importante de las elecciones, saber que se tiene que dejar algo, para ir por algo nuevo, mejor, diferente, que a lo mejor no puede funcionar o si, pero es necesario aceptar que eso pasa. Elecciones. Llevan sacrificios de acompañantes. El mundo tiene que funcionar así, e implica mucho valor saber eso, entender que puede o no funcionar, pero no se logra sin el sacrificio, no hay intermedios.
¿Sacrificio?... y entonces entendí muchas cosas. Bailar significaba aceptar esos sacrificios si era necesario.
Y voy a sacrificar el baile. Por el trabajo, por mi vida social, por mi familia, si, tal vez por eso, por las miradas en casa, pero es más... Ser escritora, ser medievalista, implica este sacrificio.
Porque cuando queremos algo, tenemos que sacrificar algo. Y quiero esto, quiero escribir, quiero las caballerías, quiero las letras... aún cuando sé lo alto que puede ser el precio. Aún si tengo que dejar ir una parte de mi, a Ho´poe. Por que no quiero ser una bailarina primero. Por que quiero esto. Y duele, pero lo acepto.
Primera reflexión real de este año. He deseado tanto y durante tanto tiempo volver a bailar que, ahora que se me presenta la oportunidad, me resulta casi brutal no tomarla y dejar todo del lado por ella. Me resulta complicado y doloroso no poder hacerlo. Pero el sacrificio era alto.
¿Sacrificio?... Tal vez me di cuenta de inmediato, mirando los horarios de las clases, o tal vez fue hasta que estuve saliendo e iba camino a casa con Arami, o incluso tal vez fue hasta el momento que se lo explique a mi mamá... Había que sacrificar algo. Y la realidad es que siempre estuve dispuesta a hacerlo, pero... las preguntas en mi cabeza me llenaron de golpe. Demasiadas.
¿Y si tengo un evento con Aurelio y debo faltar a la clase?, ¿Y si tengo mucho trabajo y eso me desconcentra de bailar?, ¿Y si tengo un mal día, un bajón de energía, y la enfermedad no me deja bailar?, ¿Si el Seminario no me deja ir cada lunes a bailar?, ¿Y si eso hace que me atrase mucho y parece que no me esfuerzo suficiente?... el baile saldría perjudicado seriamente.
Pero también hubo otras preguntas, sobre todo alentadas en mi casa, ¿y si ya nunca estoy en mi casa por esos horarios tan complicados que tendré?, ¿y si altero todas mis actividades por eso?, ¿y si eso hace que tenga aún menos vida social?... y me sorprendí preguntándome ¿Y qué pasará cuando quiera hacer la maestría? y más aún ¿qué pasa si estoy cansada para escribir?
Entonces supe que es verdad que debía sacrificar algo. De eso se trata todo, cuando quieres algo muchas veces tienes que sacrificar algo, porque no siempre se puede tener todo, porque es lo importante de las elecciones, saber que se tiene que dejar algo, para ir por algo nuevo, mejor, diferente, que a lo mejor no puede funcionar o si, pero es necesario aceptar que eso pasa. Elecciones. Llevan sacrificios de acompañantes. El mundo tiene que funcionar así, e implica mucho valor saber eso, entender que puede o no funcionar, pero no se logra sin el sacrificio, no hay intermedios.
¿Sacrificio?... y entonces entendí muchas cosas. Bailar significaba aceptar esos sacrificios si era necesario.
Y voy a sacrificar el baile. Por el trabajo, por mi vida social, por mi familia, si, tal vez por eso, por las miradas en casa, pero es más... Ser escritora, ser medievalista, implica este sacrificio.
Porque cuando queremos algo, tenemos que sacrificar algo. Y quiero esto, quiero escribir, quiero las caballerías, quiero las letras... aún cuando sé lo alto que puede ser el precio. Aún si tengo que dejar ir una parte de mi, a Ho´poe. Por que no quiero ser una bailarina primero. Por que quiero esto. Y duele, pero lo acepto.
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