Que me conozcan
La frase como tal no es mía, aunque tal vez lo sea porque yo me la apropie, y no sé quien fue la primera persona que alguna vez lo dijo, porque seguro se dijo antes, pero es esta: ¿A qué le tengo miedo?... A que me conozcan, porque puede que no les guste.
También le tengo miedo a que la gente no me quiera, puede que ese sea uno de los miedos más fuertes de mi mundo, puede que secretamente sea eso lo que alimenta mis ataques de pánico a mitad de la noche o mi temor a las ausencias, puede que secretamente (o no tan secretamente) sea eso lo que venga alimentando mi fastidiosa necesidad de hacer todo bien, de ser lo más fastidiosamente perfecta que pueda, aunque tal vez sea un término exagerado, de desear que me mires pero ser incapaz de decirlo.
Lorena dice "escribe de lo que temes" y yo juego a hacer eso. Pero es un miedo raro, no como los monstruos de debajo de la cama, no como los susurros en la oscuridad, no como las arañas... más como ese miedo a las despedidas, más como algo profundo. ¿Qué si me conoces y no te gusto?... la respuesta debería ser sencilla, pero es un miedo complicado, es más bien pánico. "El pánico es la cicatriz, la vena que sigue latiendo y diciendo 'hola'. Es el miedo del miedo. Una vez que tu cerebro se ha quebrado, como esa botella de Yoli, no olvidas como se siente" (dice Lorena). Y a mi, ese pánico me quiebra, me hace pararme frente a la gente sin poder hablar, me hace quedarme muda ante los "¿tú que me cuentas?", me hace temer no ser interesante, me hace ser tan introvertida que hace falta sacarme todo casi a golpes... eso cansa a cualquiera, a los otros y a mí, me hace ser casi suplicante cuando un amigo de pronto no me habla... ¿pero si me conoces qué hago? ¿y si no me quieres? y es un ciclo infinito de pánico silencioso.
Y no es que nadie me conozca, no es que no haya aprendido que hay quienes realmente me conocen con virtudes y defectos (con mis mares de lagrimas, mis miles de miedo, mis historias por escribir, mis películas por ver...) y me quieren. Aurelio y Wendy hicieron un trabajo formidable ayudándome a entender eso, que hay quienes me quieren con conocimiento, ellos lo hicieron (cada uno a su modo y con su intensidad). Cariño que da respuestas... No es eso... Pero no sé que más es a ciencia cierta.
Pero no puedo no dejar a la gente conocerme, no puedo negar eso, porque en el fondo espero gustarles... Así que esto es para ustedes, para los que merecen conocerme, a los que merezco que entren con conocimiento en mi vida. Como en el ejercicio que nos dejo Lorena una vez... "la clase de persona que". Hoy les voy a contar de mi, aunque sea un poquito, las cosas más extrañas tal vez.
Yo soy la clase de persona que:
-Prefiere hablar con su perro que con muchas personas
-Siente que esta desarreglada si sale sin aretes
-Se cepilla los dientes mientras se baña
-Mira feo a los niños en los camiones (y en los centros comerciales, y en los zoológicos)
-Se arregla más para ver a su jefe que para una cita
-Tiene que llevar una libreta siempre consigo
-Prefiere tomar jugo de uva de una sola marca
-No soporta que su comida sea toda del mismo color
-Si se aburre en una película se pone a analizar su estructura (todo es culpa de Propp)
-Quisiera que aún existieran los caballeros andantes
-Le tiene miedo a los susurros en la noche
-Tiene la misma película favorita desde los siete años
-Cree que su jefe es algo así como su segundo padre, su confesor y algo como su mejor amigo (si, suena raro también cuando lo digo)
-Es celosa con sus amigos pero no soporta que se lo digan
-Descubrió que escribir le resulta más revelador que hablar
-Tiene una obsesión con el pop español
-Esta (secretamente) esperando que alguien en particular lea esto
Por ahora es todo. Quien se anime a leer esto, ahora me conoce un poco, un tantito, correré ese riesgo. Y entonces tal vez no les guste, también correré ese riesgo... Tal vez entonces el pánico se reduzca, tal vez pueda reducir mi miedo, afrontarlo más que sólo escribirlo. No lo sé. Tal vez llene mis huecos, tal vez sane las heridas que iniciaron mis miedos, por lo mientras me quedo con eso que compartí. Me quedo con lo que me enseñaron a base de cariño mi invaluable Aurelio y Wendy. Me quedo con los que me han llegado a conocer... Y mientas algunos me conocen a base de esto, me quedo con las palabras de Lorena:
"¿Cómo se borra una un hueco, si su esencia es justamente que ya no está? ¿Cómo se quita una el miedo a la oscuridad si, como debe ser, se hace de noche cada tanto? ¿Cómo se deshace una del conocimiento inolvidable de que lo que trae ya no son piezas originales sino repuestos? Viendo, sí, a los puntos tiernos como lo que son: unicornios voladores que nos mostraron mundos que antes no podíamos alcanzar. A los que se llega sólo con el entrenamiento de haber subido millones de escalones, los escalones que empiezan en lo más bajo, en el centro de la Tierra, donde quisiste morirte y, en vez, encontraste la alcantarilla para salir, cubierta de cenizas y embadurnada de pegamento, a la luz".
Comentarios
Publicar un comentario