Dos estrellas
La noche de Año Viejo vi una estrella fugaz, una hora y media antes de la llegada del Año Nuevo me sorprendió una estrella fugaz atravesando el cielo, mientras yo hundía los pies en la arena y me alejaba del ruido... La mañana siguiente, unas nueve horas de empezado el año, me encontré una estrella de mar, también mientras hundía los pies en la arena.
Me gusta creer que significa algo bueno, no un presagio exactamente, pero dos estrellas, tan distantes entre si y tan similares a la vez, no pueden sino ser algo bueno. La primera me tomó tan por sorpresa que ni siquiera me dio tiempo en eso de pedir un deseo; la segunda, casi me deja sin respirar, en el sentido más literal que puede decir alguien que tenía la cabeza bajo el agua. Tal vez justo porque ambas fueron algo que no esperaba para nada es que quiero creer en que todo irá bien... O tal vez porque necesitaba creerlo.
Creer que todo irá bien, que las cosas pasan por algo también ahora, creer en los cambios que vienen, creer que algunas cosas se quedarán como están, que... Creer. En que en mi camino se cruzaron dos estrellas muy diferentes y me siento agradecida por ellas, por que representan esperanzas pero también recuerdos. Porque por un instante, sobre todo mientras contemplaba el cielo nocturno, pensé en todo lo que me conducía a la noche de Año viejo y a las esperanzas y deseos que podía pedir esa noche.
Hace poco me contaron del chico que de pronto se puso a llorar leyendo uno de los cuentos de mi libro, bastante impresionante el asunto, se puso a llorar porque era muy triste y porque logró removerle algo internamente, recuerdos o pensamientos o sensaciones, eso es cosa de él, pero se puso a llorar, algo que yo escribí le provocó algo muy fuerte... Tal vez el mismo día y en el mismo momento en que Rafael Beltrán me escribía para agradecerme una reseña que hice para su revista. Y ambas cosas fueron sensacionales. Como esas dos estrellas. Y tal vez eso representa dos cosas muy diferentes, aunque relacionadas de un modo raro, que pueden pasar este año. De ahí las dos estrellas, no lo sé... me gusta creerlo
Así que este Año Nuevo no tuve, o quise, propósitos, así como tampoco tuve deseos a la estrella fugaz. Escojo ambos, deseos de año y propósitos de estrellas.
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