Hola 2012, te saluda 2022
Di una conferencia, la primera de mi vida, que es algo de lo que estoy increíblemente orgullosa y que me hace sentir algo super poderosa. Y podría extenderme mil años en explicar y contar como fue, cómo me sentí y que pasó, pero no voy de eso. La conferencia me hizo pensar en que hace diez años estaba dando mi primera ponencia, hablando por primera vez "academicamente" ante un público, y siento que ha pasado una vida desde entonces y que soy otra persona. Así que quiero hablar de 2012.
2012 fue uno de mis años favoritos en la vida, que tuvo algunas de las cosas más emocionantes del universo, aunque también tuvo cosas terribles... Pero lo recuerdo con especial cariño. Y creo que diez años después tiene cierta gracia hablar de ello.
En 2012 estaba en crisis, había terminado la carrera, pero no la tesis, terminé el servicio social pero no me sentía segura, no sabía a donde iba la vida y me aferraba con fuerza a Wendy y a Aurelio en espera de que me dieran respuestas. En 2012 deje de ser amiga de dos mis mejores amigas de la universidad y, debo decirlo, ambas pérdidas fueron de modo horrible (aunque después aprendiera que era necesario). En 2012 salí por primera vez con una chica y terminé envuelta en un drama super intenso en el que no debí meterme para nada y del salí algo arañada. En 2012 entraba en pánico por todo y lloraba por nada.
Pero 2012 fue más... mucho más. Fue el año en que Aurelio me pidió ser su becaria, en que di mi primera ponencia, en que mi titule, el año en que publicaron mi primer libro, el sueño de mi vida. En 2012 conocí a Xime y nos embarcamos en la aventura maravillosa de la amistad. En 2012 Isra me llevó al mejor concierto de mi vida y me sentí pletórica de emoción.
Ahora, a la distancia, puedo decir con honestidad, que en medio de todas esas emociones, me moría de miedo, sentía que el mundo (el trabajo y el futuro) me quedaba muy grande, seguía siendo increíblemente insegura y la confianza que otros depositaban en mi me sorprendía. Sé que mi miedo y las múltiples voces inseguras de mi cabeza me hicieron soltar manos que no debí dejar. Que una mala experiencia me tenía con el corazón intranquilo y las ganas de no volver a querer. Me reconozco intensa e insistente y a la vez fugaz y fugitiva.
Y, sin embargo, quiero a 2012 como pocos años... Hasta ahora. Porque a 10 años, sé que vuelvo a estar parada en un punto muy bueno, quizás mejor. Y desde aquí, desde la conferencia, la maestría y las clases, le puedo hablar a mi yo de 2012.
Después del infierno que fue 2021 para mi animo, siento que arribé a un puerto que me gusta, que me alivia, que me anima... Porque ahora me he enfrentado a miedos y retos que la chica de 2012 ni se imaginaría, porque he andado por un camino nuevo. Porque finalmente he aprendido a no correr de todo, a no temer siempre, a saber que las voces en mi cabeza y las películas que se inventan no son toda la verdad. Porque he temblado y muerto de nervios e igual me he lanzado, a pesar de todo.
Me miro ahora... en una conferencia, en la clase frente a mis chicos con lecturas y dudas, y me sorprendo de que yo me presentaba como "la chica a la que no le gusta hablar", me sorprendo de haber temblado ante la idea de hablar en público y de negarme rotundamente a dar clases. Me miro ahora... cruzando la ciudad para resolver algo para Aurelio, editando libros o aclarando dudas de alumnos, y me sorprendo ante mi propia inseguridad, ante lo mucho que me minimiza y autosaboteaba (no que lo haya dejado de hacer, pero ya es menos). Me miro ahora, con el corazón lleno y arriesgándome al amor... y me sorprende lo mucho que huía, que temía, que lloraba. Me miro ahora, bailando, creciendo, presumiendo al mundo mis figuras de pole... y me sorprende porque en su momento ni siquiera quería ser mirada, porque dar una presentación de hawaiano me costó demasiado por sentirme observada y juzgada.
Me miro y sé que no soy la misma. Que estos diez años han cambiado todo, que no he dejado de tener miedo, pero me ha hecho más valiente eso... Desde esa conferencia, desde el nuevo escenario en el que sucede todo, sé que la persona que soy ahora le gustaría millones (y le sorprendería más) a la chica que fui en 2012, incluso si fue un año increíble.
No sé como sea el futuro, pero espero se parezca a lo que estoy sintiendo en estos momentos.
Querida Nashielli de 2012, no tengas miedo, no te autosabotees, tú puedes... ya llegamos.
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