Confesión: S (sin fecha de caducidad)
Durante
muchos años parecí coleccionar amistades disfuncionales, relaciones que de
pronto parecían llegar a una fecha de caducidad. Con promedios de vida de año y
medio y que muy a menudo sólo terminaban dejando un mal sabor de boca...
coleccionando cariño con límite de tiempo, buscando quien sabe que cosa que
nunca se quedaba.
Tal vez
fuiste la primera, éramos uña y mugre... y luego se acabo el tiempo,
situaciones ajenas a nos envenenaron, me hiciste daño y te hice daño. Las
heridas llegaron a un punto insostenible cuando todos se sintieron con la
libertad de meterse en donde no les correspondía para nada... y yo lo permití.
Y nos hicimos daño, y se acabo nuestro tiempo.
Y luego
pase mucho tiempo haciendo amistades para luego llegar a la fecha de caducidad,
con buena suerte dos superaron por poco el límite de tiempo y realmente
importaron, pero al final seguían siendo amistades disfuncionales que llegaban
a una fecha límite, que parecían tener caducidad.
Y estaba de
búsqueda.... y muchos años después volvimos a estar frente a frente tú y yo,
recordando y conociéndonos del modo que nos conocíamos antes. Y estábamos en
circunstancias parecidas, atravesando las mismas crisis, sufriendo el paso de nuestras propias fechas de
caducidad y buscando.... y de nuevo nos conocíamos y recordábamos; y tal vez
fuera que nos estábamos encontrando porque nos andábamos buscando.
Y es que
tal vez era que tu disfuncionalidad combinada con mi disfuncionalidad era algo
que funcionaba, algo que todavía entendíamos, pero sólo tú y yo.... las tú y yo
de antes del veneno ajeno y antes de hacernos daño, tú y yo y nuestra
disfuncionalidad y conocimiento... que tal vez era lo que cada una llevaba años
sin terminar de encontrar.... y que, tal vez, nunca iba a tener fecha de caducidad.
Comentarios
Publicar un comentario