No se enfadarme contigo

Esta semana fue pesada. Me hubiera gustado que Aurelio no estuviera tan ocupado, con apenas el tiempo justo para hacerme caso unos minutos, eso me vuelve loca... Esperar, esperar, esperar... y él yendo y viniendo, hablando con todo el mundo y yo, como niña con déficit de atención, sólo esperando. Que remedio.
 
Estaba furiosa por eso, aunque no lo hacia a propósito... Estaba furiosa porque me ha tenido esperando hasta más de dos horas y yo no sé que hacer con eso. Estaba molesta porque ayer quería quedarme horas a charlar con Wendy y poder contarle tantas cosas, preguntar otras tantas y dejar que todo volviera a la calma después, quería hablar con ella y dejar que sus palabras me llenarán de seguridad. Pero no pude, porque tenía que llegar con Aurelio... decepcionante fue que él no estuviera. Y yo molesta y con el corazón acongojado.
 
Y estaba molesta, quería gritar y decir "míreme" como si eso fuera a solucionar todo, como si su atención resolviera todo... pero cuando cruce la puerta de su oficina, cuando sonrió, me hizo caso, aunque simplemente fuera para decirme que mejor me fuera ya, cuando dijo que estaba enfermo, cuando me deseo un fin de semana... no pude enojarme con él, no pude seguir realmente de malas.
 
Él tiene ese don inexplicable de regresarme la calma... y me hace falta a ratos, que me escuché, que me hablé, que me regañé incluso... pero a veces basta una mirada y todas las cosas malas se van.
 
"...No se enfadarme contigo..."
 
A veces quisiera poder tener el turno uno. A veces quisiera que mi tiempo con Aurelio y con Wendy rindiera de otro modo... pero unas veces se gana y otras se pierde... y al menos el enojo ya se fue por hoy. Y la semana que entra empezaremos de nuevo.

Comentarios

Entradas populares