Y punto.
No quiero que me gustes.
No quiero sentir mariposas en el estomago cada vez que me sonríes.
No quiero emocionarme cada que te conectas a Facebook y me saludas.
No quiero tener ganas de escribirte bellas historias llenas de fantasía.
No quiero que me gustes...
Y eso sólo puede significar una cosa: Que me gustas mucho.
Que tengo una debilidad increíble por ti, por tus sonrisas, por tus palabras...
Y, en mi particular caso, que alguien me guste no puede augurar nada bueno.
Siempre es complicado y casi nunca acaba bien. Pero...
Me gustas. Y punto.
No quiero sentir mariposas en el estomago cada vez que me sonríes.
No quiero emocionarme cada que te conectas a Facebook y me saludas.
No quiero tener ganas de escribirte bellas historias llenas de fantasía.
No quiero que me gustes...
Y eso sólo puede significar una cosa: Que me gustas mucho.
Que tengo una debilidad increíble por ti, por tus sonrisas, por tus palabras...
Y, en mi particular caso, que alguien me guste no puede augurar nada bueno.
Siempre es complicado y casi nunca acaba bien. Pero...
Me gustas. Y punto.
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