Estoy contigo.

Para Israel, para mi mejor amigo.

 

Te entiendo perfectamente. Aunque no me gustaría hacerlo....

 

Y eso no sirve de nada, eso no cambia nada, no anima, ni te ayuda a pasar este mal rato, ni alivia las cosas, ni nada.

 

Puedo prometer que tarde o temprano duele un poco menos, que un día dejas de llorar cada mañana, que el hueco interno poco a poco va empequeñeciendo... pero no sirven las promesas.

 

Y a lo mejor ahora sólo puedo darte palabras... Sólo puedo decir que eres mi mejor amigo, que te quiero, que te entiendo y te acompaño. Que voy a estar aquí cuando me necesites... que lo siento mucho, muchísimo...

 

Estoy aquí. Y no voy a ir a ningún lado, Isra... Estoy contigo.