Cierto recuerdo.
A finales de febrero, en un acto que aún ahora no entiendo, ella vino a advertirme, a mostrarme los mensajes y querer protegerme. Aún sin conocerme. Ella me explicó demasiadas cosas que no entendía, cosas sobre ti... Ese día se me rompió un poco el corazón, no puedo negarlo.
Y después de varias charlas con personas de ultra-confianza, después de volverme loca con eso, después de enojarme, deprimirme y meditarlo mil veces decidí parar eso. Eras mi amigo, necesitaba que tu me explicaras, que tú me dijeras que todo era mentira, necesitaba saberlo por ti. Te quería suficiente para creerte.
Y la verdad me dejo tranquila. Elegí creerte. Elegí...
Pero hoy, sin saber bien porqué, no puedo evitar recordarla, recordar sus advertencias. Lo que esta pasando (y no pasando) me hace cuestionarme si no habría un tanto de verdad en sus palabras, si no era una genuina advertencia.
Escogí creerte. Escogí quererte. Escogí tu amistad por sobre todo... por favor, no seas lo que ella decía, por favor.
Comentarios
Publicar un comentario