El mito de Noa
Soy una chica muy de escuchar música pop, independientemente de si me encanta la trova, la ópera o la música clásica, independientemente de si soy una roquera de closet... siempre he sido y seguiré siendo una chica de pop. Así que tardé o temprano a este blog se iba a colar esa música. Y hoy hablaré de uno de mis grupos absolutamente favoritos: El mito de Noa.
Hace apenas unos días, anunciaron que el viaje se acababa, que El mito de Noa se terminaba, puff, tan tan, fin del camino y eso me rompió el corazón obviamente... Así que, después del estado de negación y de oír sus canciones mil veces, reflexione porque me importaba tanto y decidí escribir esto, escribirles esto.
En comparación con otros grupos o cantantes que escucho, El mito de Noa (emdN) resulta muy nuevo en mi vida, cosa del año pasado para acá, una pizca en comparación del tiempo que llevo escuchando a La Oreja de Van Gogh por ejemplo. Pero ellos me llegan más adentro, emdN tiene algo que me hace sentir más unida a ellos, tal vez son las circunstancias.
La primera vez que los escuche fue casi por casualidad, el típico "escucha esta canción" de alguien en twitter, pero ahí estaba yo, escuchando "Cada vez", tal vez sin poner atención del todo, pero algo se quedo en mi cabeza, dando vueltas, recordándome... de ahí fue inevitable repetir la canción, buscar otras, ver un par de videos de sus presentaciones y finalmente seguir al grupo en las redes sociales. Lo normal.
Que el grupo empezará a contestar mis tweets o cosas así fue lo mas sorprendente. Tal vez fue ahí donde debí entender que significarían mucho para mi. Tal vez cuando hicieron la primera pregunta o mandaron el primer saludo, tal vez cuando descubrí su carisma o sencillez... Tal vez simplemente era algo así de pequeño. Pero tuve que esperar un tiempo para entender que ya no saldrían de mi vida, que su música ya se había quedado ahí, en mis oídos, en mi vida, en todo...
Y amé sus canciones, escogí una favorita (Mi lugar), la memorice, la tararee, la canté, escuché más, aprendí más, dediqué más... Me enamoré más y ellos fueron un soundtrack en mi vida. ¡Qué mágico! ¡Que alegría! Cuanta emoción y verdad me daban sus canciones...
Conocerlos en Madrid fue el auge, el momento de brillo. Significo el mundo entero.
Conocerlos definitivamente fue lo mejor que la música me ha dado, mejor que cuando conocí a LOVG, mejor que mi primer concierto de Amaral, mejor que mi foto con Nena Daconte... Conocerlos fue el universo sonriéndome. Fue la noche más brillante de mi vida. Y me reí y compartí. Y canté y sonreí. Y contesté sus preguntas y escuché. Y el universo me sonreía, porque ellos me sonreían, porque ellos eran tan increíbles personas como artistas.
Y la noche se fue en canciones y en pláticas, en el local de ensayo, en el disco y la baqueta, en los pequeños momentos de camino en el auto de Miguel, o de partida en el auto de Rebeca, con las conversaciones y todo. Y Madrid y la música me habían dado mi mejor recuerdo.
Ahora pienso, cuando escucho "Mi lugar", "Te echo de menos", "Siento tu silencio" o "Me da igual", como es que alguien puede definir tan bien las emociones, como alguien puede conectar en tres minutos de música tan bien conmigo... no lo sé, no sé siquiera si debo buscar una respuesta.
Lo único que sé, ahora que el grupo llega a su fin, ahora que ese viaje se detiene, es que su música siempre me va a acompañar, es que la voz de Rebeca siempre va a estar ahí para describir algo indescriptible, que soy la chica con más suerte del planeta por esos momentos que compartimos.
Lo único que sé es que su música, sus palabras y ellos fueron un inmenso bote salvavidas en mi primer momento de valentía, fueron mi salvavidas emocional... y eso, así fuera un momento, o una pequeña amistad desde lados opuestos del mundo, significo el mundo.
Y eso ya nadie podrá arrebatárnoslo.
Hace apenas unos días, anunciaron que el viaje se acababa, que El mito de Noa se terminaba, puff, tan tan, fin del camino y eso me rompió el corazón obviamente... Así que, después del estado de negación y de oír sus canciones mil veces, reflexione porque me importaba tanto y decidí escribir esto, escribirles esto.
En comparación con otros grupos o cantantes que escucho, El mito de Noa (emdN) resulta muy nuevo en mi vida, cosa del año pasado para acá, una pizca en comparación del tiempo que llevo escuchando a La Oreja de Van Gogh por ejemplo. Pero ellos me llegan más adentro, emdN tiene algo que me hace sentir más unida a ellos, tal vez son las circunstancias.
La primera vez que los escuche fue casi por casualidad, el típico "escucha esta canción" de alguien en twitter, pero ahí estaba yo, escuchando "Cada vez", tal vez sin poner atención del todo, pero algo se quedo en mi cabeza, dando vueltas, recordándome... de ahí fue inevitable repetir la canción, buscar otras, ver un par de videos de sus presentaciones y finalmente seguir al grupo en las redes sociales. Lo normal.
Que el grupo empezará a contestar mis tweets o cosas así fue lo mas sorprendente. Tal vez fue ahí donde debí entender que significarían mucho para mi. Tal vez cuando hicieron la primera pregunta o mandaron el primer saludo, tal vez cuando descubrí su carisma o sencillez... Tal vez simplemente era algo así de pequeño. Pero tuve que esperar un tiempo para entender que ya no saldrían de mi vida, que su música ya se había quedado ahí, en mis oídos, en mi vida, en todo...
Y amé sus canciones, escogí una favorita (Mi lugar), la memorice, la tararee, la canté, escuché más, aprendí más, dediqué más... Me enamoré más y ellos fueron un soundtrack en mi vida. ¡Qué mágico! ¡Que alegría! Cuanta emoción y verdad me daban sus canciones...
Conocerlos en Madrid fue el auge, el momento de brillo. Significo el mundo entero.
Conocerlos definitivamente fue lo mejor que la música me ha dado, mejor que cuando conocí a LOVG, mejor que mi primer concierto de Amaral, mejor que mi foto con Nena Daconte... Conocerlos fue el universo sonriéndome. Fue la noche más brillante de mi vida. Y me reí y compartí. Y canté y sonreí. Y contesté sus preguntas y escuché. Y el universo me sonreía, porque ellos me sonreían, porque ellos eran tan increíbles personas como artistas.
Y la noche se fue en canciones y en pláticas, en el local de ensayo, en el disco y la baqueta, en los pequeños momentos de camino en el auto de Miguel, o de partida en el auto de Rebeca, con las conversaciones y todo. Y Madrid y la música me habían dado mi mejor recuerdo.
Ahora pienso, cuando escucho "Mi lugar", "Te echo de menos", "Siento tu silencio" o "Me da igual", como es que alguien puede definir tan bien las emociones, como alguien puede conectar en tres minutos de música tan bien conmigo... no lo sé, no sé siquiera si debo buscar una respuesta.
Lo único que sé, ahora que el grupo llega a su fin, ahora que ese viaje se detiene, es que su música siempre me va a acompañar, es que la voz de Rebeca siempre va a estar ahí para describir algo indescriptible, que soy la chica con más suerte del planeta por esos momentos que compartimos.
Lo único que sé es que su música, sus palabras y ellos fueron un inmenso bote salvavidas en mi primer momento de valentía, fueron mi salvavidas emocional... y eso, así fuera un momento, o una pequeña amistad desde lados opuestos del mundo, significo el mundo.
Y eso ya nadie podrá arrebatárnoslo.
Comentarios
Publicar un comentario